Una porquería de colección... o una colección de puercos, lo mismo da...

Hace años atrás, se me dió por coleccionar algo diferente, que colecciones había ya tenido, y más de una, pero no eran originales.
Y así, se me ocurrió coleccionar puercos (cerdos, chanchos, cochinos, marranos o cualquier otro de sus muchos nombres), porque me dí cuenta de que había cierta variedad de estos animalitos, y nunca supe de alguien que los coleccionara.
Claro, que alguien coleccione buhos, tortugas, elefantes, gatos, perros, etc., hay. ¿Pero cerditos?
Nunca he visto ni escuchado decir que exista quien lo haga.

miércoles, 27 de enero de 2010

Y si hablamos de significantes...

Bueno, ninguno más significante que éste, que es tan antiguo como algunos miembros de la familia, y que muestra -tal como ellos- el paso de los años...

Lo cierto es que -hace ya un lustro- cuando buscaba algo que coleccionar que no fuese lo tradicional y común, mis ojos tropezaron con este cerdito, y se me vinieron muchos recuerdos
encima, y me quedó claro qué hacer...


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